Caudillo
Persona que ejerce poder fáctico de un Estado, gobierno, partido o grupo de personas, obtenido por lo general de forma violenta o ilegítima. Su forma de gobernar es al margen de la ley, el uso del poder es sin divisiones, sin consenso y sin legitimidad, de forma autoritaria o totalitaria. Sus habilidades son las victorias militares, el liderazgo, el carisma, y el clientelismo. Las actitudes de estos actores son la personalización, trata de perpetuarse en el poder y promueve el culto a su persona. Es una figura fuerte que cohesiona diversos grupos en disputa, integra a la sociedad e incluso algunos promueven el desarrollo económico. Algunas posturas señalan dos tipos de caudillos, los originarios, los que llegaron al poder por medio de victorias militares en el periodo de independencia de varias naciones y los actuales, los que llegaron de forma democrática pero adquirieron la forma de gobernar de los primeros caudillos. (Bobbio, Matteucci, Pasquino, 2007: 203-208[1]; Boeckh, 2006: 142[2]; Borja, 1997: 141[3]; Serra, 1997: 169[4]).
En Europa aparecieron caudillos a principios del siglo XX; en África en el periodo de descolonización y en Latinoamérica se presentaron en el post-periodo de independencia (1810-1825) y el surgimiento de los estados nación. (Borja, ibídem.[3])
Los caudillos de Latinoamérica sostenían su poder basados en su capital humano, que contemplaba una vasta red de relaciones y sus recursos económicos, primordialmente de las rentas provenientes del comercio. En Latinoamérica, el periodo de post-independencia fue desigual, en países en donde se presentó mayor impacto económico negativo originó una división regional, lo que ocasionó más anarquía. La población indígena trabajó en las haciendas y en las minas, mientras que los mestizos obtenían ascenso social mediante el comercio o por incursionar en el ejército, ya que éstos formaron parte de la estructura de poder de dichas naciones. El ejército fue utilizado por la clase dominante para contener a las clases populares y sus demandas. A la par, se formaron milicias regionales cuya función era vigilar los intereses de los terratenientes, formándose una disputa por el poder. La alianza para dominar la región estuvo formada por las clases dominantes y las metrópolis extranjeras. De manera general, los caudillos pertenecían a la clase de los terratenientes y no representaban a las populares, aunque éstas los apoyaron. La lucha era por el control total del sistema político y económico por parte de oligarcas que buscaban mantener sus intereses. (Bobbio, Matteucci, Pasquino, ibídem)[1].
Véase también
Referencias
- ↑ 1,0 1,1 Bobbio, N.; Matteucci, N. y Pasquino, G. (2007): Caudillismo. Diccionario de política, Vol I: 203-208. México: Siglo XXI Editores. Error en la cita: Etiqueta
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no válida; el nombre «Bobbio, N, Matteucci, N., Pasquino, G. (2007)» está definido varias veces con contenidos diferentes - ↑ Boeckh, A. (2006): Caudillo/Caudillismo. En D. Nohlen (Ed.): Diccionario de ciencia política. Teorías, métodos y conceptos. Tomo I: 162. México: Ed. Porrúa, El Colegio de Veracruz.
- ↑ 3,0 3,1 Borja, R. (1997): Enciclopedia de la política, Vol. I: 141. México: Siglo XXI Editores. Error en la cita: Etiqueta
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no válida; el nombre «Borja, R. (1997)» está definido varias veces con contenidos diferentes - ↑ Serra, A. (1997) Diccionario de ciencia política, Tomo I: 169. México: Fondo de cultura económica.
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