Carisma
(Del latín carisma y éste del griego khárísma). Agradar, hacer favores. Acto de amabilidad, favor o gracia. Especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar. Fuerza divina conferida a una persona. Don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad. De acuerdo con la religión católica, el carisma puede ser otorgado por el Espíritu Santo a grupos o individuos, en favor del bien común de la iglesia cristiana. (Cunha, 198: 156)[1], (Nascentes, 1932: 156)[2], (DRAE, 2011)[3]. Por extensión, el carisma es la especial habilidad de algunas personas para atraer, encantar, fascinar, despertar admiración, respeto y entusiasmo, y de esta forma liderar, persuadir, influenciar, suscitar euforia y apoyo. La persona que tiene carisma es capaz de destacarse en medio de la multitud, atraer mucha atención y causar buena presencia a las personas, naturalmente, solo por estar presente, y por eso, tornarse amada u odiada por la envidia. Capacidad de brillo personal, poder de persuasión, atracción y seducción de la que ciertas personas son dotadas. Fuerza de sugestión y de simpatía que lleva a la afiliación, a la devoción de la masa en relación a un líder. La relación basada en el poder carismático se concentra principalmente en lo emocional de los individuos que están en interacción (Rabaça y Barbosa, 2001)[4].
Carisma y poder
Weber especificó el poder carismático fundado en la
«dedicación afectiva a la figura del jefe y al carácter sacro, a la fuerza heroica, al valor ejemplar o al Poder de espíritu y de la palabra que lo distinguen de modo especial».
Al escribir, en «Teoría de la Organización Económica y Social» (publicado cuatro años después de su muerte) describe el liderazgo carismático, forma en que el líder es seguido en virtud de su carisma, o sea, de las cualidades excepcionales que le confieren especial poder de mando.
Así, Weber reinterpreta la palabra carisma en sentido sociológico como don del propio individuo. Todavía, para Weber, la confianza de los liderados y el carisma del líder son volubles y esta forma de dominación tiende para la vía tradicional (liderazgo hereditario) o legal (liderazgo burocrático). El concepto sociológico clásico del carisma, según Bobbio, fue presentado por M. Weber para caracterizar una forma peculiar de poder, el poder carismático. Weber especificó la existencia de los líderes cuya autoridad está basada no en el carácter sagrado de la tradición (poder tradicional), ni en la legalidad o racionalidad de una función (poder legal), mas sí fundado en la «dedicación afectiva a la figura del jefe y al carácter sacro, a la fuerza heroica, al valor ejemplar o al poder del espíritu y de la palabra que los distinguen de modo especial», que tiene como fuente al líder (el profeta, el héroe guerrero, o gran demagogo), y aquellos que le prestan obediencia son los discípulos. En general, la génesis del fenómeno carismático está vinculada al pavor colectivo a estados de inseguridad, angustia generalizada, delante del cual el carismático y su «plan» son vistos como la salvación: el carismático es bienvenido como el portador de la seguridad fundamental, el portador de la esperanza.
Bobbio observó que
"[…] en la ética del bienestar de las sociedades neo capitalistas existen tendencias sistemáticas a la «(des)consagración» y al «consumo», que oponen resistencia a la difusión y duración de los estímulos carismáticos" (Bobbio, 1986: 149)[5], (Serpa, 2013: 41)[6].
Carisma y perversión
Como una elección democrática puede generar una dictadura. Las elecciones democráticas no son garantía de producción de gobiernos democráticos. Varias veces, en la Historia, el voto libre y legítimo llevó a regímenes liberticidas. Al formular los principios clásicos de la Democracia, que vinieron a regir el ejercicio de la Política en la civilización occidental, Aristóteles anticipó desviaciones implícitas de la vía democrática: la oligarquía, la demagogia – y la tiranía. Los tiranos, demagogos, carismáticos, «iluminados» de diversos tipos, por veces comprendieron, con precisión, la naturaleza esencial de la elección democrática y la utilizaron para la conquista efectiva y eficaz del poder, derrotando adversarios y oponentes mejores intencionados pero menos competentes en el juego electoral.
El siglo XX, con sus típicas y marcadas dictaduras totalitarias, como lo percibió Bertrand Russel, fue rico en ejemplos de distorsiones del proceso electoral democrático. Desde el talento pervertido de Huey Long, en las décadas 20 y 30, en Louisiana, Estados Unidos de América, hasta el caso límite del genio maligno de Adolf Hitler, a partir de la elección democrática de la República de Weimar, estaba claro que la elección moderna era «para profesionales». La masificación de los electorados y de los medios hizo de las elecciones un proceso de gran complejidad, que requiere el dominio eficaz de la nueva «tecnología electoral». O, como dicen los ingleses sobre elecciones, es el momento de separar a los hombres de los niños (Pacheco y Serpa, 2008)[7].
Véase también
Referencias
- ↑ Cunha, A. G. (1982): Dicionário etimológico Nova Fronteira de la lengua portuguesa de Antonio Geraldo Cunha. Río de Janeiro: Nova Fronteira.
- ↑ Nascentes, A. (1932): Dicionário Etimológico da Língua Portuguesa de Antenor nascentes. Río de Janeiro: Antenor Nascentes.
- ↑ Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, DRAE. 2001 (22.ª Edición).
- ↑ Rabaça, C. A. y Barbosa, G. A. (2001): Dicionário de Comunicação. Río de Janeiro: Campus.
- ↑ Bobbio, N. (1986): Dicionário de Política (1909-2004). Brasília: Ed. UNB. 1328 p.
- ↑ Serpa, M. H. N. (2013): Eleições espetaculares. Río de Janeiro: Contra Capa. // ___(2013) Elecciones espectaculares en América Latina: ¿De que manera la política ha dado espacio al espectáculo en el discurso electoral contemporáneo? en Alfonso, Alfredo (Compilador): Comunicación y estudios socioculturales: miradas desde América Latina. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes. 320 p.
- ↑ Pacheco, C. y Serpa, M. (2008): Voto es marketing, todo lo demás es política: sobre la naturaleza del proceso electoral (extractos de clases, ponencias y conferencias en el período 1970-2008). Parte 2. Río de Janeiro: UFRJ. Página consultada en enero de 2014, en < http://marceloserpa.com.br/marceloserpa/index.php/voto-e-marketing-o-resto-e-politica-i/ >
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